Avanza octubre y cada día va siendo diferente al anterior. Luces, colores, temperatura, humedad, vientos… se van disputando el protagonismo. Ayer tarde leía en la playa, acariciada por un sol calentito, mientras se iba vaciando la marea, la mar estaba en calma y me di un baño reconfortante.
Para hoy las previsiones eran malas, incluso para muchos malísimas, por eso cuando esta mañana he abierto la ventana y he visto que de momento no era ni malo ni malísimo he aligerado mucho para pasear por la playa con mi Kuska.
Ya en la playa hemos disfrutado de lo lindo de una magnífica mañana de levante.
Veníamos hacia casa contentas de nuestro paseo y vemos que Curro, que sabe casi todo de este mar y de esta playa, esta ya en su cocina con la puerta de par en par, esperando lo que pueda venir mientras remienda la red.
Al llegar a casa abro mi puerta de par en par y, como Curro, busco una ocupación que llene la mañana mientras fuera llueve. Kuska se sienta a mi lado. Nos gusta ver llover y escuchar la fuerza del mar.
en Zahara 